Tuesday, December 3, 2013

Off the beaten track: CHECHENIA

Mezquita Akhmad Kadyrov, Grozny.
Foto: Mia.
Hace un par de meses visité Chechenia, una República semi-independiente del sur de Rusia. Es una región mayoritariamente musulmana que desde hace años lucha por conseguir su independencia de la Rusia controlada por Moscú. Desafortunadamente su lucha ha tomado las banderas del terrorismo islámico y ha dado “combatientes” tan famosos como los hermanos Tsarnaev (autores de los atentados de Boston), las Viudas Negras (responsables de los pasados atentados en la ciudad de Volgogrado y de varios atentados en Moscú incluidos los sangrientos atentados a la red de metro de la capital), o el comando liderado por Movsar Barayev (conocidos por el cruel ataque en 2002 a un teatro en Moscú – operación que dejó alrededor de 130 rehenes y 40 terroristas muertos por envenenamiento por gas tóxico). También eran chechenos los terroristas que en 2004 asesinaron a casi 200 niños en la toma de la escuela de Beslán.

Pero como suele suceder, Chechenia, y en particular la capital Grozny, no son nada como los esperaba. 

Grozny es una pequeña ciudad en medio de la gran estepa rusa. Pensé que encontraría una ciudad en guerra y en ruinas, tomada por el ejército, que vería tanques en la calle y gente deambulando en busca de no sé muy bien qué. Claro, tal como lo había visto mil veces en las películas.

Grozny en el 2000



Grozny hoy.
Por el contrario, cuando llegué a Grozny (después de pasar por al menos cinco retenes del ejército y explicar que efectivamente sí era un turista, que sí quería ir a Grozny y que no estaba perdido) me encontré con una ciudad moderna, grande, limpia, con amplias avenidas, altos edificios y una reluciente y soberbia mezquita – la más grande en Europa, según me dijeron –. Parecía más una de las modernas urbes chinas que una capital devastada por la guerra y que hace solo diez años fue considerada por la ONU como la ciudad más destruida del mundo. 

Chechenia vivió dos guerras. La primera entre 1994 y 1995 y la segunda entre 1999 y 2000. La peor para la ciudad y sus habitantes fue la segunda, en el año 2000. En ese año el gobierno de Vladimir Putin mostró su mano más dura cuando ordenó a sus fuerzas retomar el control de la ciudad sin importar el costo. Algunas personas con las que hablé me dijeron que después del ataque final no había en la ciudad una sola casa en pie. Putin había ordenado machacar todos los edificios, las casas del millón de habitantes, sus bazares, sus mercados, sus hospitales, todo. El resultado fue la destrucción total de la ciudad. Cuando las tropas rusas entraron a Grozny, esta parecía Hiroshima o Nagasaki.

Pero después de demoler su capital, Putin quiso congraciarse con los chechenos y se propuso a reconstruirla. Esta es la ciudad que vemos hoy. 

Mi guía improvisado por la ciudad fue Aslan, un joven que trabajaba en la estación de trenes y que según él (solo él), hablaba inglés. Aunque no le entendí nada de lo que me dijo en todo el día, hizo gala de la hospitalidad musulmana; me mostró la ciudad, me presentó a sus amigos, a su familia, y hasta su profesora de inglés. Al principio no quería que me sacara una foto con él porque, según me dijo, quería ingresar a la Academia de Policía, y si lo veían en alguna foto con un extranjero, podrían pensar que era terrorista… o eso entendí. 
Mezquita de Grozny.


A Chechenia no van turistas y eso se traduce en que cuando caminas por la calle, todo el mundo se queda perplejo mirándote. Además, los comentarios de la gente a la que en días anteriores le había dicho que iba hacia allá, tampoco ayudaban a relajar el ambiente. Muchas de estas personas me habían suplicado que no fuera; decían que la ciudad estaba llena de extremistas musulmanes a los que seguramente no les haría ninguna gracia ver a un extranjero caminando por sus calles. “Seguro te van a secuestrar”, me decían. Nada como una pizquita de miedo para hacer más excitante un viaje.

Si bien Grozny no va a ganar ningún premio al mejor destino turístico de ninguna parte, los días que pasé allí fueron fascinantes. Viajar “off the beaten track”, allá a donde no van turistas, siempre te deja experiencias nuevas y muy gratificantes. La hospitalidad musulmana, sea en Chechenia, Irán, Mali, India, Kenia, o San Andrés, siempre es abrumadora y es un buen punto de partida para empezar a romper tabúes.
Haciendo amigos.
Haciendo lo que hago buena parte del tiempo cuando viajo: Esperar.
Estación de buses de Vladikavkaz, Ossetia del Norte.

Monday, October 7, 2013

ERITREA: La otra tragedia en Lampedusa


Este fin de semana los titulares de los principales diarios europeos hacían eco de las palabras del Papa Francisco: “Vergüenza”, dijeron. Se referían a la muerte de hasta 400 inmigrantes africanos, en su mayoría eritreos y somalíes, que naufragaron en las aguas de la isla italiana de Lampedusa. Sería el peor naufragio de inmigrantes en el Mediterráneo hasta hoy.










Cada vez que una tragedia como esta llega a la prensa internacional se abre el debate sobre cómo abordar el problema de la inmigración ilegal en Europa. Las políticas públicas, las mafias, las arduas condiciones del viaje, las historias de los sobrevivientes y las acusaciones y recriminaciones mutuas se suceden una vez más. Los ojos del mundo vuelven a ponerse, aunque solo de forma breve, sobre Somalia, Mali, Sudán, Chad, Níger, y demás países de origen de muchas de estas víctimas. Pero siempre hay un gran ausente: Eritrea.

Contrario a su vecina al sur – Somalia –, Eritrea no ocupa ningún titular en Occidente. Tampoco vive en medio de una guerra civil, ni alberga bandas de piratas o grupos terroristas islámicos que hacen de Somalia un invitado recurrente de la prensa internacional. Pero Eritrea vive su propia tragedia e igual que Somalia, vive una situación catastrófica que lleva a que cada año cientos de miles de personas arriesguen sus vidas atravesando mares y desiertos buscando escapar del país.

“African North-Korea”

Hace solo diez años Eritrea celebraba su décimo aniversario como nación. Era un país joven con una sociedad igualitaria y multiétnica y su reciente independencia de Etiopía auguraba cierta prosperidad. Hoy es uno de los países más aislados del mundo. Algo así como la Corea del Norte del África.

Después de conducir a su país a través de una horrible guerra civil contra Etiopía, Isaías Afewerki era visto como el líder indiscutible de la nación. Pero como suele suceder, en solo veinte años Afewerki pasó de ser un héroe nacional a un tirano déspota y cruel. La Seguridad Nacional se volvió su obsesión y en su nombre creó una férrea dictadura.



Como en una versión africana de Corea del Norte, Afewerki ha logrado sellar herméticamente su territorio y mantiene a toda la población en pie de guerra permanente. Exterminó cualquier forma de oposición política, expulsó a los extranjeros (incluidas las organizaciones humanitarias) y organizó un vasto ejército para hacer frente a invasiones extranjeras, reales o imaginadas.

















El servicio militar en Eritrea es obligatorio e indefinido y los reclutas duran años obligados a realizar trabajos forzosos en la construcción o en la minería. Para miles de eritreos la única forma de evadir el servicio militar es huir.

En lo económico, la estatización de la industria, los servicios y la agricultura ha llevado al país a la ruina – Según el índice de Desarrollo Humano de la ONU, Eritrea es el séptimo país menos desarrollado del mundo –. La corrupción es rampante y la inflación demoledora. La ONU calcula que hasta dos tercios de la población está desnutrida y un kilo de carne en las tiendas oficiales puede costar hasta una cuarta parte de un salario medio mensual. En teoría, solo se puede acudir a este tipo de tiendas pues comprar en el mercado negro constituye un delito que se paga con cárcel.


Al igual que en Corea del Norte, en Eritrea es imposible saber con seguridad qué está pasando. Los hombres menores de 52 años y las mujeres menores de 47 tienen prohibido salir del país y Reporteros sin Fronteras clasifica al país como el peor lugar del mundo para ejercer el periodismo, más bajo incluso que en el régimen de Pyongyang. 

La sociedad vive en un estado de paranoia colectiva, no solo por el temor que promueve el gobierno de una "inminente" invasión de Etiopía, sino también por el sistema de espionaje masivo que se ha instaurado: hay espías entre vecinos, entre las familias, entre profesores y estudiantes, entre los soldados y sus comandantes, todos dispuestos a informar cualquier disidencia o crítica al gobierno. A menudo estas acusaciones terminan con duras penas de cárcel y desapariciones. Nadie habla, nadie critica, nadie cuestiona.

En años recientes, el delirio del Presidente Isaías Afewerki ha llegado a niveles de paranoia absurdos; para poder mantener esa guerra sicológica que le permita seguir en pie de guerra, ha revivido el conflicto militar con Etiopía, se ha inventado otro con su vecino Djibouti y hasta ha sido acusado de fomentar milicias terroristas en Somalia. 

Pero a diferencia de Corea del Norte, Eritrea no tiene armas nucleares ni constituye una amenaza directa a potencias mundiales de la talla de Japón, Corea del Sur o Estados Unidos. Es por esto que no acapara los titulares de su contraparte asiática. Eritrea es y seguirá siendo la gran desconocida de África y su principal producto de exportación seguirán siendo jóvenes desesperados que se lanzan a la muerte a las arenas del Sahara o a las aguas del Mediterráneo. 

(Fotos: Didier Ruef)







Friday, April 26, 2013

IMAGINACIÓN Y RECURSIVIDAD: Lo que más me asustó de los ataques de Boston


Hasta hace poco teníamos la creencia de que para cometer un acto terrorista de gran impacto se necesitaba una gran maquinaria, una gran red que fuera capaz de mover las personas, el dinero, las habilidades y la experiencia, necesarias para golpear en suelo europeo o norteamericano. Los Estados y sus fuerzas de seguridad han adquirido una gran experiencia en combatir y desbaratar este tipo de organizaciones. Pero ante este panorama, el terrorismo mundial ha adquirido una nueva cara, ha mutado y se ha adaptado al nuevo escenario.

A diferencia de los terroristas de Nueva York, Londres y Madrid, los terroristas de Boston, los hermanos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, ni pertenecían, ni tenían contacto con redes de terrorismo, ni de Al Qaeda ni de ninguna otra. Eran unos “lobos solitarios”.

Los “lobos solitarios” son una clase de terroristas que actúan por sí solos y al margen de cualquier organización conocida. No cuentan con ninguna clase de apoyo por parte de grupos radicales como Al Qaeda, no tienen acceso a grandes sumas de dinero, ni a las redes de cooperantes, ni al know-how de otros terroristas. Sus métodos son simples pero eficaces y son muy difíciles de detectar antes de que hayan atacado.

Los “lobos solitarios” no son algo nuevo pero al parecer son la nueva cara del llamado “terrorismo islámico”. Hace un año, en Francia, Mohamed Merah asesinó a siete personas – tres militares, un rabino y tres niños judíos –. Dijo que lo había hecho para vengar a los niños palestinos. En 2011 un joven alemán llamado Arid Uka asesinó a dos soldados estadounidenses en el aeropuerto de Frankfurt – dejó gravemente heridos a otros dos – en lo que se considera como el primer asesinato de implicaciones islámicas en Alemania. En 2009, Nidal Malik Hassan, un Oficial del Ejército de Estados Unidos, disparó y asesinó a otros trece soldados en Fort Hood, Texas. Se le conocía por sus controvertidas opiniones acerca del rol de las fuerzas estadounidense en países musulmanes. En 2008, en Jerusalem, Hussam Taysir Duwait montó en su bulldozer y lo abalanzó sobre autos y peatones matando a tres de ellos e hiriendo por lo menos a 48 más.

Pero lo que más me asustó de los ataques de Boston es la facilidad con la que se llevaron a cabo: los hermanos Tsarnaev solo necesitaron acceso a internet y dos ollas de cocina.

“Inspire”

Hace unos meses vi con mucha preocupación una noticia sobre “Inspire”, una revista publicada por Al Qaeda. Inspire es una especie de “Manual para terroristas” y hace énfasis en la necesidad de incrementar los ataques individuales de radicales sin nexo, autorización o recursos de grandes redes terroristas.

Tuve acceso a una de sus últimas ediciones en la que la revista hace gala de una gran imaginación y recursividad para la planeación de los ataques (está colgada en internet). Sus autores instan a que los futuros terroristas conviertan objetos de uso cotidiano en instrumentos de terror. Por ejemplo: contiene instrucciones detalladas sobre cómo hacer bombas a partir de ollas de presión – como en el caso de los hermanos Tsarnaev – pero también propone atentados tan exóticos como la quema de grandes extensiones de bosques, causar accidentes de tránsito en autopistas, la quema de vehículos y usar grandes autos para arremeter contra grupos de personas que, por ejemplo, esperen en una parada de bus. En el caso de Estados Unidos en particular, alientan a que aprovechen la facilidad para comprar armas de fuego, rifles de asalto y de gran calibre, y disparar de forma indiscriminada contra civiles.

Según el experto en terrorismo internaciona Jeffey D. Simon, lo que hace que los lobos solitarios sean tan peligrosos es su capacidad de pensar fuera de lo pre-establecido. Puesto que operan por sí mismos, no hay presión de grupo o el proceso de toma de decisiones que podrían sofocar su creatividad – Los lobos solitarios son libres de actuar en cualquier escenario que puedan imaginar. Y añade que gracias a esta libertad, los lobos solitarios han sido “pioneros” en la “invención” de nuevos e imaginativos métodos de terrorismo, como por ejemplo, el primer carro-bomba de la historia (1920), la primera explosión de un avión en el aire (1955), los secuestros (1961), así como los ataques con cartas impregnadas de ántrax en Estados Unidos (2001).[1]

Las razones por las cuales personas aparentemente normales como los hermanos Tsarnaev, Mohamed Merah, Arid Uka, Nidal Malik Hassan o Hussam Taysir Duwait, por muy variopintas y retorcidas que nos parezcan, son fuertes. Además, deben de ser muy convincentes, pues han llevado a decenas, tal vez cientos o miles de personas, a dar sus vidas por esas causas. Pero por más que leo, estudio, viajo y hablo con gente, todavía no lo entiendo, y eso, al final, es lo que más me asusta.


[1] JEFFREY D. SIMON. An Army of One. What makes lone-wolf terrorists so dangerous? Revista Foreign Policy Online, Abril 17 de 2013, en:
http://www.foreignpolicy.com/articles/2013/04/17/an_army_of_one?page=0,0

Thursday, February 7, 2013

FRANCIA: La Responsabilidad de Proteger

Si Francia busca fortalecer su imagen a nivel mundial, no es nada reprochable que lo empiece a hacer usando su poder militar y diplomático protegiendo a los más indefensos.

Hace diez años el gobierno francés fue uno de los más duros críticos contra la intervención militar de George W. Bush en Irak. Francia fue acusada de no cooperar con los esfuerzos en contra del terrorismo mundial y vio cómo su papel en el escenario mundial pasaba a un segundo plano.

Hoy, diez años después, Francia ha tomado el liderazgo en algunos de los frentes militares y diplomáticos más significativos en el mundo y ha logrado éxitos importantes en escenarios donde la opinión pública no mostraba interés alguno.

En Libia, por ejemplo, el gobierno de Nicolás Sarkozy lideró a la OTAN en las acciones militares que ayudaron a derrocar a Mohamad Gadafi. En particular, fue la aviación francesa la que detuvo al ejército gadafista en su avance hacia Bengasi, donde seguramente habrían acribillado a miles de opositores. Francia también fue uno de los primeros países en reconocer al nuevo gobierno de transición libio, aun cuando el fin de la guerra era incierto.







En Costa de Marfil, también en 2011, fuerzas francesas, esta vez bajo mando directo de la ONU, impidieron otro desastre humanitario cuando hicieron retroceder a las fuerzas rebeldes que se habían tomado la capital. Los franceses entraron en Abiyán, atacaron a los insurrectos, capturaron a su líder y permitieron que el Presidente legítimamente electo finalmente se posesionara.

En Siria, en un intento para dar mayor relevancia a una solución negociada a la guerra civil que azota al país, el actual gobierno de François Hollande también ha sido el primero (en Occidente) en reconocer a la oposición como los legítimos representantes del pueblo sirio.

Por último, en Mali, Francia se está embarrando las botas y ha sido el único país que ha enviado tropas para detener el avance de los grupos terroristas que amenazaban con tomarse el resto del país. Hasta ahora la operación ha sido un éxito y los rebeldes islamistas se han replegado hacia el interior del desierto.

¿Qué ha llevado a los franceses a tomar la iniciativa en situaciones tan complejas como estas? Las razones son varias, diversas y no del todo libres de polémica.

Un común denominador en todos los análisis es el afán de París por no perder ni un ápice de control político y económico en lo que considera su esfera natural de influencia, es decir, sus excolonias. En el caso de Mali, por ejemplo, es indudable que el gobierno francés también quiere proteger las grandes minas de oro y, de paso, las minas de Uranio en Níger (que alimentan la industria nuclear francesa).

Pero más importante aún es, creo yo, que Francia quiere impedir que el Sahel, esa vasta extensión de tierra que divide al desierto del Sahara de los densos bosques del África Negra, se convierta en algo similar a lo que Afganistán fue en la década de los noventa: un santuario y refugio para miles de terroristas desde donde podían lanzar ataques contra los intereses de Occidente – algo similar a lo que ya es Somalia en el continente.

Si Mali caía a manos de los yihadistas, el país se convertiría en la mecha de un gran polvorín de tensiones internas en toda la región. Países como Chad, Níger, Nigeria, Senegal, Argelia, Mauritania y Costa de Marfil, entre otros, verían toda clase de grupos islamistas exacerbando las ya tensas relaciones entre estas dos comunidades. Darle a los yihadistas una base de acción en Mali, además de los recursos de todo un país, habría sido fatal para toda África Occidental, todo en una región incapaz de soportar una guerra civil más.

Finalmente, si todas estas acciones obedecen a una cuidadosa política del gobierno francés para volver a ganar protagonismo en el escenario mundial, pues bienvenidas sean. Si bien todos los sectores de la sociedad francesa (gobierno, multinacionales, banqueros, políticos, y sociedad civil en general) aún tienen una gran deuda hacia África, no es nada reprochable que si el país busca fortalecer su imagen a nivel mundial, lo empiece a hacer usando su poder militar y diplomático en favor de los más indefensos.

Porque en este nuevo orden mundial, aquel que tenga la capacidad de proteger, debería tener también la responsabilidad de hacerlo.

Visitando una escuela en Tumbuctú, que hasta hace pocos días estuvo
controlada por los yihaditas islámicos.

Friday, December 14, 2012

My Trip to Al-Qaeda




Full video in: 



HBO Documentary Films presented My Trip To Al-Qaeda, as the one-man play comes to the screen. This documentary will chronicle fundamentalist Islam’s rise to power, as well as Wright’s struggle to remain objective as a journalist in the wake of 9/11. Be sure to tune in, you won’t want miss the opportunity to see this pilgrimage.



Tuesday, October 9, 2012

PROTESTAS EN ESPAÑA: Sé realista, no pidas lo imposible.

¿Por qué los cientos de miles de españoles que han salido a protestar no han logrado que el gobierno les oiga y cambie su posición?

Desde que la crisis económica se agravó en 2010, España ha visto una avalancha de protestas ciudadanas. Algunas de ellas han sido totalmente pacíficas, otras han derivado en graves disturbios y cargas policíacas que han dado la impresión de un país al borde del colapso.


La mayoría de estas manifestaciones son el reflejo de una sociedad desesperada ante la grave situación económica que vive el país. La gente ha salido a la calle con un amplio abanico de exigencias, algunas tan obvias como más empleo y menos recortes en educación y salud. No obstante, muchas de las demandas han quedado en segundo plano y debates como la actuación policíaca  y ahora el referendo independentista en Cataluña, son las que han acaparado la mayor parte de la atención. 

En mi tierra hay un dicho muy común que reza: el que mucho abarca, poco aprieta y creo que esto es lo que desafortunadamente ha sucedido con las protestas en España. 

En la democracia, aquellos que logran incidir directamente en las decisiones de los gobiernos son aquellos que logran movilizar cierta cantidad de recursos (votos, dinero, presión política o social, etc.) para lograr alcanzar unos objetivos muy concretos: cambiar o perpetuar determinadas leyes. Las tabacaleras, los bancos, o los fabricantes de armas, por ejemplo, son todos colectivos poderosos que se unen para alcanzar sus propios fines.

Por otro lado, los diferentes movimientos ciudadanos que convocan las protestas, aunque han logrado movilizarse de forma espectacular, no han conseguido canalizar sus recursos (en este caso, la presión social) para incidir en las decisiones del gobierno Rajoy. Sus demandas, por muy legítimas que sean, son demasiado numerosas y abstractas, y en muchos casos, poco realistas. Democracia Real Ya, Dimisión, que se vayan todos, no a los bancos, abajo los recortes, Rodea el Congreso y demás, no se traducen en propuestas concretas y realistas y por ende, son desatendidas por el gobierno.

Creo que si las diferentes plataformas ciudadanas canalizaran todos sus recursos para alcanzar objetivos mucho más específicos – y de nuevo, realistas – las protestas en España conseguirían mayores éxitos. Por ejemplo, si cientos de miles de personas salieran masivamente a las calles a exigir el cambio en la normativa sobre los desahucios o lo hubieran hecho, de forma sostenida y articulada, en contra de la reforma laboral, tal vez hoy miles de personas habrían conservado sus hogares y sus empleos.

En la historia hay grandes ejemplos de movimientos de protesta ciudadanos que logran cambios contundentes e inmediatos por tener aspiraciones muy específicas: Los triunfos de la Primavera Árabe se dieron, entre otras cosas, porque las manifestaciones tenían como único objetivo la salida del líder – Mubarak, Gadafi, Ben Alí, etc. Las protestas en Estados Unidos durante la guerra de Vietnam solo exigían una cosa: la retirada de las tropas de ese país – y lo lograron. Las demandas no tienen límite: Gandhi logró quebrar al Imperio Británico movilizando a cientos de millones de personas bajo una única consigna: Independencia Total. 

Los diferentes movimientos de “Indignados” alrededor del mundo han logrado poner una presión nunca antes vista sobre los gobernantes. Hoy las sociedades son más intolerantes ante la desigualdad en sus propios países, ante la poca regularización del mercado bursátil y ante los abusos de los bancos. Estos son grandes logros que sin duda afectarán la forma en la que los políticos tomarán sus decisiones en los años venideros. Sin embargo, los cambios no se deben dar a largo plazo; aún falta que estos grupos logren modificar de manera contundente e inmediata algunos puntos específicos de sus propias legislaciones. 

En Mayo de 1968 los estudiantes de París llevaban la consigna, Sé realista, pide lo imposible. Todos hemos escuchado sobre las protestas de la Primavera del 68, pero pocos sobre sus logros directos (bienvenido el debate). Hoy no estamos en la Primavera del 68 sino en plena crisis económica y en la situación actual, la consigna debería ser: Sé realista, pide lo realista. Creo que exigiendo cambios realistas y concretos los indignados del mundo avanzarían más rápido hacia lo que todos queremos: volver ilegal lo que hoy ya consideramos ilegítimo.


Thursday, July 12, 2012

La Ruta Hippie


Durante los años 60 y 70, el movimiento hippie se expandió por todo el mundo. Jóvenes hippies de todo el planeta comenzaron a viajar a la India por motivos "espirituales" que incluían la meditación, el yoga, la fiesta y la degustación de todo tipo de drogas. Muchos de estos jóvenes no podían (o no querían) pagar los billetes de avión para hacer el viaje desde Europa hacia el subcontinente y optaron por hacer el viaje por tierra, ya fuera en transporte público o en viejos 4x4 que compraban en sus países de origen.


India se convirtió para los hippies en lo que la Meca es para los musulmanes. Cada autoproclamado hippie tenía que ir al menos una vez en su vida. La ruta elegida era tierra casi siempre la misma: Europa - Turquía - Irán - Pakistán, y por último, la India. Este viaje se hizo conocido como la Ruta Hippie, o el Camino Hippie, y llegó a ser un viaje increíblemente popular para viajeros de todo el mundo.

La Ruta Hippie llegó a su fin en 1979 cuando la Revolución Islámica en Irán cerró el país por los viajeros extranjeros. La invasión soviética de Afganistán y la inestabilidad política en Pakistán hicieron que la situación fuera aún más difícil. Desde entonces, la ruta se convirtió en una leyenda y pocos viajeros se han atrevido a hacerla en las últimas décadas.

Hoy en día, la situación en algunos de estos países ha mejorado; la globalización ha hecho del mundo un lugar más pequeño y la tecnología ayuda a los viajeros para compartir información de una manera más eficiente. Parece que la Ruta Hippie podría llevarse a cabo una vez más.

Mañana voy a empezar mi nuevo viaje: la ruta hippie. Voy a tratar de pasar de Europa a la India por carretera, usando solamente transporte público, sólo y en un presupuesto apretado, como los mochileros siempre lo hacen!

Lograr el Camino del Hippie sería un gran logro para mí, como un viajero y como persona. Este viaje me llevará a algunos de los países más difíciles para viajar en el mundo, y sin embargo, increíblemente interesantes. Voy a viajar desde España a Grecia y luego a través de Turquía, Irán, Pakistán y finalmente la India (si es que alguna vez me dan la visa!).

Como en la mayoría de mis viajes, no tengo ni idea cual va a ser el itinerario, qué lugares voy a visitar, qué gente voy a conocer ni qué retos voy a encontrar. Lo único que sé es que voy a tener los mejores momentos de mi vida, voy a divertirme como si fuera mi último viaje y voy a ser el hombre más feliz del mundo!

Voy a tratar de mantenerlos informados, pero por ahora: Bon Voyage para mí! 

The Hippie Route


During the 60´s and 70´s, the hippie movement expanded all around the world. Young hippies from all the panet started traveling to India for “spiritual” reasons, which included meditation, yoga, partying and all kinds of drug tasting. Many of these hippie crowds couldn’t (or didn´t want to) afford airplane tickets to do the travel from Europe to the subcontinent. They chose to do the trip overland, either on public transport or in old 4x4´s they bought back in their home countries.


India became to the hippies what the Mecca is to the Muslims. Every self-appointed hippie had to go to India at least once in their lives. The overland route chosen was almost always the same: Europe – Turkey – Iran – Pakistan, and finally, India. This journey became known as the Hippie Route, or the Hippie Trail, and it came to be a popular journey for travelers of all around the world.

The Hippie Route came to an end in 1979 when the Islamic Revolution in Iran closed the country for foreign travelers. The Soviet invasion of Afghanistan and the political instability in Pakistan made the situation even harder. Since then, the route became a legend and few travelers dared to accomplish it in decades.

Today, the situation in some of these countries has improved; globalization has made the world a smaller place and technology helps travelers to share information in a more efficient way. It seems like the Hippie Route could be undertaken once again.

Tomorrow I´ll start my new journey: the Hippie Route. I´ll try to go from Europe to India by road, using only public transportation, alone and on a tight budget, as backpackers do!

Accomplishing the Hippie Trail would be an enormous achievement for me, as a traveler and as a person. It will take me to some of the most challenging, and yet, most interesting countries in the world. I will travel from Spain to Greece; then through Turkey to Iran, Pakistan and then finally India (if I ever get the visa!). 
As in most of my trips, I have no idea about the itinerary, the places I´ll visit, the people I´ll meet or the challenges I´ll encounter. The only thing I know for sure is that I´ll have the time of my life, I´ll enjoy myself as if it was my last trip ever and I´ll feel as the happiest man in the world. 

And as always, I´ll try to keep you posted, but for now: Bon Voyage to me!!!

Wednesday, May 23, 2012

Las Guerras del Twitter

La arremetida de Uribe contra el gobierno Santos: ¿estrategia de político o de hombre de Estado? 

Latinoamérica es sin duda una región compleja, diferente. Vive su política de forma intensa y visceral, por más absurdo que a veces sea el tema en cuestión. Por lo general no nos interesan los grandes debates políticos o económicos pero nos apasionan las diferencias personales entre nuestros líderes políticos. Las tomamos como si de afrentas propias se tratara, aún más cuando estos se salen de sus casillas y hacen de estas diferencias cuestiones de Estado.

Vivimos en un continente capaz de inventar las más absurdas guerras. La Guerra del Fútbol (entre Honduras y El Salvador, 1969), la Guerra del Guano (o sea, de la mierda de pájaro – Chile,  Bolivia y Perú – 1879) y conflictos de la Guerra Fría en pleno Siglo XXI, entre otras. Por esta razón no debería causarnos ninguna sorpresa que hoy nos estemos inventando una nueva guerra: la Guerra del Twitter.

La Guerra del Twitter tiene nombre propio: Álvaro Uribe Vélez. Llevamos días, semanas, meses ya, viendo cómo incrementa la arremetida del expresidente contra el gobierno Santos. Al principio muchos pensamos, yo incluido, que se trataba sencillamente de las bravuconadas de un mandatario viudo de poder que veía en esta red social su única plataforma para expresar sus frustraciones. Pero a medida que se intensifican los ataques, los “trinos” de Uribe están demostrando que hacen parte de una estrategia, ante todo, política; se trata de una estrategia calculada y sistemática para quitarle apoyo al gobierno Santos. Y lo está consiguiendo.

La Guerra del Twitter se está convirtiendo en la punta de lanza de las campañas electorales del Uribismo. Se trata de restarle apoyo y credibilidad al Santismo (y de paso al Partido Liberal y a la izquierda) y así allanarle el camino a los posibles candidatos del Uribismo. Esgrimiendo de forma constante el peor miedo de los colombianos – el regreso a los años del terror guerrillero – Uribe ya ha conseguido afectar los índices de popularidad y de aprobación de Santos. También ha conseguido llamar al orden a los uribistas en el Congreso: el Partido de la U y el Partido Conservador han tenido que replantearse su apoyo incondicional al Presidente ante el reciente llamado de atención. Él, palabras más, palabras menos, exige que el accionar político de estos dos partidos se apegue a los principios ideológicos que defendieron durante la era Uribe.

Pero esta guerra, como cualquier otra, puede también tener consecuencias reales y nefastas. Puede llevar a la desestabilización del país, a la polarización de la sociedad, a la baja en la moral de las tropas (y sus terribles consecuencias operacionales), y al envalentonamiento de grupos al margen de la ley (como los que atentaron contra el exministro Londoño), entre otros.

La Guerra del Twitter se está convirtiendo en una herramienta política de gran impacto y sus consecuencias reales están aún por verse. Mi opinión es que el expresidente debe ser muy cuidadoso con su nueva arma. Si la utiliza en aras de defender una postura ideológica que cree que es la mejor para el país, y un accionar político consecuente con ella, está en todo su derecho. Si se trata sólo de una estrategia electoral, la Guerra del Twitter estará a la altura de la compra de votos, las falsas promesas y la propaganda sucia que caracterizan el debate político en Colombia.


El político piensa en las próximas elecciones, el hombre de Estado en la próxima generación. William E. Gladstone, Primer Ministro Británico.

Los nuevos huevitos de Uribe.